junio 29, 2012

Yo y mi imperiosa, casi insoportable, necesidad de ser perfecta. Se trata de una relación destructiva entre mis temores y mis deseos que termina siempre igual: encaminándome al fracaso mientras me aferro con todas mis fuerzas a un sueño, al ideal que construyo a la mitad de la noche.
Así ha sido siempre y de eso se trata el día de hoy. En mi cabeza busco la manera de ligar los dos amores que el día de hoy me roban el sueño (la gastronomía y el periodismo - escritura); en la práctica me entretengo en los pocos o muchos pedidos que mi negocio logra levantar, mientras la voz de mi cabeza (que tiene un tono autoritario y represivo, más que amistoso) me dice que antes de comenzar a escribir necesito aprender muchas cosas y tener claras otras tantas. Y así, termino desilusionada y frustrada sin lograr una continuidad en el mundo bloguero; compensando mi "fracaso" con unos hermosos cupcakes, brownies o galletas, que me permiten sentir orgullo de al menos lograr uno de mis objetivos.
El problema aquí no es que no tenga nada que decir, ni que aún no emprenda algún viaje. El verdadero conflicto está en buscar la perfección en algo que ya nació imperfecto; digo que quiero adentrarme al periodismo gastronómico y sólo logro enojarme y frustrame porque estoy acostumbrada a tener demasiadas expectativas sobre lo que hago. Tal parece que quiero iniciar ganando un premio o reconocimiento nacional; sin embargo, es fácil predecir que esto no sucederá en un inicio, quizás ni siquiera en 10 años, razón por la que me rindo y vuelvo a empezar tantas veces que ya perdí la cuenta.
Que alguien le haga entender a esta cabecita obsesiva, que no se trata de eso, sino de dar lo mejor de sí. Tendré que trabajar en ese tema, por el momento continuaré con la meta de escribir DIARIO, quizás no conel rigor periodístico que quisiera ese sargento que habita en mi cabeza (quien, por cierto, es muy parecido a mi padre) pero enriqueciendo este espacio que cada vez luce más escuálido y con mayor semejanza a los apuntes para un psicólogo, que un blog que inició como medio de expresión, información y experiencias.
Así que es momento de dejar de quejarme y continuar mi camino; a aquellos que me leen, les prometo esforzarme en la constancia, pero especialmente en escribir algo más que mis debrayes existenciales y eternos traumas jaja.
Ya estuvo, y si alguien puede, venga a sacudir mi cabeza y darme uno de esas pláticas motivacionales sobre la importancia de no rendirse ni desistir de los sueños, me urge. Pero mientras llega el voluntario, me daré un baño con los sueños cumplidos de aquellos que como yo fueron tachados de locos e irresponsables.
Aquí vamos una vez más, intento número... jaja
¡Saludos!

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