A veces mis decisiones y todos aquellos sueños, planes y esbozos sobre el futuro, me dejan helada. Tal parece que a veces no tomo en cuenta las dimensiones de aquellas metas que me propongo; al grado que cuando decido comenzar me doy cuenta que estoy en pañales y que necesito avanzar por un sendero que me da miedo, al tiempo que me resulta fascinante.
Así me siento en este momento. Doy un paso y me regreso tres en el deseo de incursionar en el periodismo gastronómico; nunca me hablaron de él en la escuela, y si soy sincera, comienzo a reconocer y codearme con los textos que se escriben y se han escrito. Descubro páginas, revistas y asociaciones que no conocía.
Quizás se deba a mi inexperiencia, a mi débil acercamiento, o en verdad es un grupo algo cerrado que únicamente se abre para aquellos que tienen un verdadero interés en conocer temas referentes a la gastronomía, mientras al resto adquiere únicamente una amplia variedad de recetas y notas de interés general.
Puede que al final sólo esté hablando desde la trinchera de mi desesperación por introducirme en un terreno que no es sencillo, especialmente para alguien cuya experiencia en medios de comunicación formales se reduce a prácticas y servicio social. Sin embargo, me guía una pasión, y eso es lo más importante, porque me ha permitido reflejarla en cada una de las cosas que hago y que hasta hoy ha tenido buenos comentarios de quienes han conocido mi trabajo.
Eso es lo que me alienta, saber que al final de cuentas no hago las cosas mal. Sé que será difícil, pero tengo la certeza de que no hay nada imposible. Alguna vez leí por ahí, o alguien me lo dijo, no lo recuerdo bien, que este campo del periodismo está abierto exclusivamente para los chefs; hoy comienzo a darme cuenta que no es del todo cierto, aunque lo que sí puedo confirmar, es que se requiere de mucho trabajo, investigación, lectura, estudio, gusto, calidad y un camino recorrido para cruzar la línea del aficionado y el profesional.
Hoy me paro en esa frontera y comienzo a buscar el modo de atravesarla y habitar del otro lado. No porque el sitio en el que me encuentro sea malo, sino porque aunque nunca llegue a ser reconocido mi nombre, quiero aportar algo; empaparme de conocimientos sobre mi país, de experiencias y sabores que pueda compartir con más de una persona. Siempre con la sencillez y el ánimo que me caracteriza; dejando la solemnidad de lado, y recordando que también se puede informar de manera amena.
Esta reestructuración y ajustes están tratando de dar forma a mi vida, al tiempo que la llenan de confusión, miedo y angustia. Pero no puedo negar que me emociona todo aquello con lo que me estoy encontrando. Siempre supe que no estaba sola, pero comienzo a ubicarme en mi sitio, rodeada de la información y los personajes adecuados. Hay que buscar para encontrar, pero cada hallazgo vale la pena.
Seguiré mi camino, contando poco a poco los avances de esta loca enamorada de la vida, con el deseo de que en poco tiempo tanto Casual & Apasionada, como mi cabeza y vida, tomen forma, y todas las entradas previas a esa nueva etapa funjan como una bitácora de viaje que permita demostrar con evidencia física cómo se construyen los sueños.
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