Es imposible reducir la cantidad de bebidas tradicionales mexicanas a tres, cuando a veces dan la impresión de ser infinitas las posibilidades, número que crece al llegar a alguna población desconocida. Las que yo menciono no es por ser las más importantes, sino por tener mayor difusión, y muy particularmente por servirse calientes y cumplir con el deseo de calentar el cuerpo, propio de la temporada. Esta razón me lleva a continuar la lista.
PONCHE DE FRUTAS: no me gusta caer en la exageración, pero puedo decir que resulta casi imposible concebir la época navideña sin mencionar esta bebida. Quizá hablo desde la perspectiva que vivir en el centro del país me da, lo cierto es que aunque no sea imprescindible, sí es delicioso.
Algo que cabe aclarar, es que, como sucede con el café, el ponche se considera resultado del mestizaje, pues no se trata de una preparación propiamente hecha desde tiempos prehispánicos. Es la incorporación de la guayaba y el tejocote, propios del suelo mexicano, así como su constante presencia en nuestras festividades, lo que lo incorporan a la fila de las bebidas mexicanas.
El origen del ponche se considera oriental, e incluía 5 ingredientes: alcohol, agua o leche, limón, azúcar y hierbas. Con el tiempo se logró expandir alrededor del mundo, resultando en versiones que incluyen tanto frutas, especias y licores, como las que tienen como base la leche y el huevo.
En México también existen diferentes preparaciones para esta singular y apreciada bebida, muchas veces derivadas de los gustos y recetas familiares, así como del lugar donde se prepare. Sin embargo, la receta básica se puede describir como una infusión de una mezcla de frutas que incluye manzana, guayaba, tejocote, tamarindo, caña de azúcar y ciruela pasa, cuyo sabor se intensifica y aromatiza con las flores de jamaica y la canela. Endulzado con piloncillo o azúcar.
El resultado no sólo es una explosión de sabor, sino un coctel saludable lleno de propiedades, de las cuales les invito a descubrir más en un artículo que escribí hace tiempo.
HORCHATA: me resulta raro mencionarla en un post sobre bebidas calientes, especialmente porque todos mis recuerdos me remontan a aquella jarra enorme con hielos que ponía mi tía sobre la mesa a la hora de la comida, que era especial porque resultaba de haber acumulado por días las semillas del melón. Sin embargo, gracias a una famosa cadena de cafeterías mexicanas que ha alcanzado gran popularidad y cuya carta, como su imagen, está apegada a las tradiciones de nuestro país, esta bebida se menciona con frecuencia.
Pensándolo bien no suena raro, pues al ser el arroz y la canela los ingredientes principales de la receta básica, no es una bebida impensable de beber caliente, especialmente si tomamos en cuenta la existencia de los atoles de harina de arroz y el arroz con leche, así como la cada vez más popular leche de arroz, muy utilizada por quienes buscan alternativas a los lácteos.
Al igual que menciones anteriores, la horchata tiene su aparición a la llegada de los españoles, pues es en Valencia, España, donde se popularizó un “refresco” hecho a partir de un tubérculo llamado chufa, reconocido por sus propiedades, que aunadas a su frescura, permitieron su difusión por el país y mantienen a este brebaje en el gusto de propios y visitantes.
En México se adaptaron los ingredientes disponibles, como lo fue el arroz, también traído por los españoles, y se creo la versión que actualmente es parte de nuestra cultura gastronómica. Con las versiones de Oaxaca y Yucatán como las más populares, la horchata de arroz se ha vuelto un acompañamiento muy popular para gran diversidad de platillos, con variaciones que incluyen semillas de melón, almendras; suman leche natural o evaporada; endulzan con leche condensada; o cambian el arroz por avena.
Sin duda se trata de otra buena opción para dar calor al cuerpo, ya sea comprada, o experimentando en casa.
INFUSIONES: no podemos dejar de mencionar las también conocidas como té, nombre que se puede considerar erróneo, pues es un término que se refiere a la infusión de las hojas del árbol del té. De cualquier modo, las infusiones han estado presentes en México desde tiempos muy remotos, especialmente si consideramos la gran cantidad de plantas medicinales que se reconocen y que aún en la actualidad se continúan usando como remedios caseros y populares.
Existe una gran variedad de sabores para explorar, desde los conocidos manzanilla, hierbabuena, canela, menta, limón, hasta otros como el de jamaica, toronjil, bugambilia, anís, entre muchos más, que además de brindar calor pueden traer un beneficio extra como calmar algún malestar o relajar.
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