En el marco de Gourmet Show, celebrado del 20 al 22 de septiembre, se llevó a cabo el primer Agave Fest en el World Trade Center de la Ciudad de México, una exposición enfocada en la promoción del agave y los productos derivados de éste.
A través de breves conferencias impartidas por investigadores, productores, chefs sommelier, catadores, los asistentes pudieron conocer más allá del pulque, tequila y mezcal, productos fácilmente relacionados con el maguey. Los ponentes llamaron la atención hacia temáticas como “La Cocina Tradicional Tlaxcalteca”, “Los Beneficios Nutricionales del Agave”, su recorrido a través de los años y las “Problemáticas, Tendencias y Retos del Sector del Agave”.
En las diferentes catas, los afortunados que alcanzaron lugar aprendieron y disfrutaron de las bebidas más conocidas, pero también de destilados como el Sotol, la Raicilla y la Bacanora, que comienzan a tomar fuerza en su difusión, a pesar de que su origen y producción data de muchos años atrás. Aquellos que sólo pudieron escuchar las pautas para una buena cata, se deleitaron con las degustaciones que los diferentes productores ofrecían, con el objetivo de dar a conocer sus productos y propiciar una compra, pero también un mayor interés y promoción.
A pesar de una oferta superior de bebidas alcohólicas (por ser éste el campo principal de producción derivado del maguey), también hubo lugar para productos como el jarabe de agave, un endulzante que ha comenzado a tener auge por su bajo Índice Glicérico y menor contenido de calorías que el azúcar; la Inulina de Agave, una fibra dietética benéfica para la regularización del sistema digestivo. Asimismo, los asistentes pudieron adquirir postres ya tradicionales, como el pastel de limón o manzana, pero con un giro diferente al incorporarse elementos derivados de esta planta
Este evento resultó un pionero en la promoción del maguey, de gran importancia en nuestro país no sólo por los productos que hoy conocemos, sino por haber sido un elemento venerado y de gran utilidad para los pueblos prehispánicos. El objetivo de acercar a los productores y consumidores, se cumplió, pero ¿qué nos deja esta experiencia?
En lo personal, un vacío al darme cuenta de lo mucho que me falta por conocer de mis raíces, espacio que se llena con un deseo feroz de continuar aprendiendo. Resulta inadmisible que un producto que en tiempos precolombinos fue tan bien aprovechado, para muchos hoy se reduzca a tres bebidas, y aún así, no se conozca el origen de éstas.
Sin embargo, no se trata de decepción, sino de alegría al no parar de sorprederse por lo mucho que nos ofrece esta tierra, las cosas que aún tenemos por descubrir, y el gran trabajo que tenemos por delante quienes hemos decidido emprender este viaje con el deseo de difundir no sólo los productos mexicanos, sino a quienes dedican su vida a estos.
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