Hay algo de magia en acercar la cara a la olla cuando cocinamos, y dejar que el aroma que desprende nos invada. En ocasiones, esa sencilla acción nos transportará a momentos que se convirtieron en recuerdos que hoy se entrelazan en nuestra memoria para construir un bello pasado.
Es cercano a aquellos días infantiles cuando correteabas por la casa y al pasar por la cocina te perseguía ese olor a comida recién hecha. Por eso me gusta cocinar, por eso disfruto comer, para revivir buenos momentos y construir nuevos.
Este pensamiento llegó a mi mente mientras revolvía la avena con manzana que se mantenía a fuego medio. Merodeé por los pasajes que me conectan con este grano, y mientras pensaba que se trata de un amor adquirido en tiempos recientes, me vino a la mente la imagen de mi abuelo y la primera vez que probé la combinación de avena, manzana y canela.
Mis abuelos y tía Silvia, quien vivía en una casa construida en la parte trasera de la de mis abuelos, eran personas de buenos hábitos y gusto por la comida. Entre esos hábitos, durante un tiempo adquirieron la costumbre de cenar avena instantánea de sabores. (Claro, hablamos de alrededor de 12 años atrás, cuando bastaba con leer avena para pensar en salud. Hoy sabemos que es mejor consumir el grano integral y saborizarlo al gusto)
Sin embargo, es inevitable relacionar esta combinación con los buenos momentos al lado de aquellos a quienes tanto les debo. Así que haciendo homenaje a ese recuerdo, hoy les compartiré la receta de Atole de avena con leche y manzana-canela.
1 porción
- ¼ tza. Avena (4 cucharadas)
- 1 ¼ tza. Agua
- 1 trozo de canela en raja
- 1 pizca sal
- 1 manzana
- 1 tza. Leche
- 1 manzana
- Azúcar o edulcorante (al gusto)
- Canela en polvo (al gusto)
- Dividimos la manzana en dos. Rallar una mitad (yo lo hago sin pelarla, porque no acostumbro pelar la fruta con cáscara comestible). La otra mitad la cortamos en gajos y reservamos.
- Ponemos a hervir el agua con la pizca de sal y la raja de canela. Cuando hierva, bajamos a temperatura media e incorporamos la avena con la manzana rallada (aquí podemos agregar el azúcar o edulcorante). Dejamos cocinar hasta que espese (aproximadamente 10 minutos).
- Entibiamos la leche (puede ser en el microondas), y la agregamos una vez que la avena haya espesado. Esperamos que comience a querer hervir y bajamos la temperatura para evitar que la leche suba.
- Dejamos al fuego 5 minutos o hasta tener la consistencia deseada, apagamos, tapamos y dejamos reposar un par de minutos.
- Para coronar, asamos el resto de la manzana. En un sartén antiadherente, ponemos los gajos de manzana y espolvoreamos con canela; cuando empiecen a cocerse, volteamos y agregamos más canela. La manzana comenzará a soltar y caramelizar su azúcar natural, pero si se desea se puede agregar un poco de edulcorante en polvo para mayor dulzor. Una vez cocidos los gajos, apagamos, cortamos en trozos más pequeños y servimos una parte en el fondo de la taza donde serviremos nuestra avena. El resto lo ponemos al final.
Sugerencia: Si se desea, se puede calentar desde el inicio la leche con otro poco de canela y ralladura de ¼ de limón y dejar reposar tapada hasta el momento de incorporar a la avena.
Este es un excelente desayuno, cena o postre para consentirse, especialmente en temporada de frío.
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