noviembre 26, 2010

En honor a México: ¡Provecho!

Ya es fin de semana, y entre las muchas actividades programadas en las agendas de los mexicanos no pueden faltar las reuniones para desayunar, comer y cenar; sean con amigos, familia o pareja, es una parte importante del itinerario de estos días.
La realidad es que, aunque todo el mundo (en el sentido literal: países, ciudades, pueblos) come, y en muchos lugares es fomentada la cultura gastronómica, la cual se volvió una profesión, aunque hay quienes la consideran arte; el mexicano tiene una relación especial con la comida.
Alrededor del globo terráqueo se destacan diferentes gastronomías; algunas se han vuelto parte de nuestras opciones habituales al salir a comer, por lo menos en el Distrito Federal: la china y sus famosos buffetes en el centro de la ciudad; el sushi traído desde japón; las hamburguesas y hot dogs, perdición heredada de nuestros vecinos del norte; los gyros griegos bañados con tzatzaki; la paella tradicional española, por mencionar algunas.
Pero la gastronomía mexicana no se queda atrás, todo lo contrario; combina la sencillez de la tortilla, con lo condimentado del mole; el sabor picoso de una salsa molcajeteada, con lo exótico de insectos como chapulines, gusanos de maguey, jumiles; el sabor neutro del maíz, con lo dulce del piloncillo o lo ácido de la mayonesa. Tenemos infinidad de sabores propios, que mezclados con los que han llegado de otros continentes logran una combinación ya reconocida por la UNESCO.
Si ya había razones para alzar la cabeza, orgullosos de nuestras raíces gastronómicas, hoy se ha oficializado. Así que llegó el momento de celebrar, disfrutar y sentir nuestros sabores, producto de un proceso que ha llevado mucho tiempo.
Pero todo placer merece una moderación; no satanicemos a nuestra comida como engordante, mejor aprendamos a comerla. Existen alimentos que requieren el uso de manteca, pues su preparación lo hace innevitable, como en el caso de los tamales; sin embargo, una quesadilla o un tlacoyo, se cuece igual sin aceite, y permite saborear el maíz tal cual es.
Este es un momento para disfrutar, y reencontrarse con el verdadero sabor de los alimentos.
Ahora vayan y disfruten de unos buenos tacos, quesadillas, enchiladas, tamales, y siéntanse orgullosos de ser parte de un país que a pesar de las circunstancias, mantiene grandes riquezas como lo es su gastronomía.

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