“Cuando cocinas de forma sencilla, con ingredientes básicos, te haces la vida más fácil y encuentras placer en lo que antes era tortura”.
Todos los que amamos la cocina, comer comida casera y no nos dedicamos a eso, necesitamos atajos (aunque creo que hasta los chefs los necesitan). No me refiero a comidas enlatadas, precocinadas o congeladas, al menos no por esta ocasión (nunca hay que decir NUNCA), sino a preparaciones básicas 'todo terreno' es decir, que sean útiles para pasta, arroz, pollo, carne, en fin, que nos salven cuando no tenemos muchas ganas de pensar o cocinar algo demasiado elaborado.
Sé que como la mía hay muchas opciones y que cada uno se acomoda a sus ingredientes y gustos; yo les comparto ésta, partiendo de que soy una gran fanática de las verduras, y entre más haya en mi plato más feliz soy, por lo que es una forma sencilla de comenzar a incluir más vegetales en nuestro día a día.
INGREDIENTES
1 pimiento morrón
1 cebolla chica
4-5 jitomates (tomate rojo)
1 calabacita (calabacín) grande o 2 chicos
12-15 champiñones
Sal (al gusto)
Albahaca seca (al gusto)
Albahaca seca (al gusto)
Orégano seco (al gusto)
Lavamos y partimos el pimiento y la cebolla en julianas; los champiñones en láminas y la calabacita y el jitomate en cuadros.
Calentamos un sartén grande o una cacerola poco profunda, rociamos un poco de aceite en aerosol y cocinamos la cebolla y el pimiento hasta que la cebolla se acitrone (esté transparente). En ese momento ponemos el jitomate, revolvemos y tapamos para que se cocine. Agregamos un poco de agua (1/4 o 1/3 de taza)
Cuando comience a desbaratarse el jitomate, tomando consistencia de puré, se vierten las calabacitas, los champiñones y la sal. Tapamos. Cuando estén cocidos, pero sin deshacerse*, agregamos la albahaca y el orégano, revolvemos y apagamos.
Esta opción es muy noble, como mencionaba, combina bien con una pasta, arroz, pollo, carne; para una platillo tipo boloñesa o lasagna; como una guarnición e incluso si se reduce totalmente el líquido, se puede poner sobre un pan, agregar queso y gratinar. Es ideal para tener en el congelador para emergencias, además de que el sabor de la albahaca y el orégano le suman puntos.
Lavamos y partimos el pimiento y la cebolla en julianas; los champiñones en láminas y la calabacita y el jitomate en cuadros.
Calentamos un sartén grande o una cacerola poco profunda, rociamos un poco de aceite en aerosol y cocinamos la cebolla y el pimiento hasta que la cebolla se acitrone (esté transparente). En ese momento ponemos el jitomate, revolvemos y tapamos para que se cocine. Agregamos un poco de agua (1/4 o 1/3 de taza)
Cuando comience a desbaratarse el jitomate, tomando consistencia de puré, se vierten las calabacitas, los champiñones y la sal. Tapamos. Cuando estén cocidos, pero sin deshacerse*, agregamos la albahaca y el orégano, revolvemos y apagamos.
Esta opción es muy noble, como mencionaba, combina bien con una pasta, arroz, pollo, carne; para una platillo tipo boloñesa o lasagna; como una guarnición e incluso si se reduce totalmente el líquido, se puede poner sobre un pan, agregar queso y gratinar. Es ideal para tener en el congelador para emergencias, además de que el sabor de la albahaca y el orégano le suman puntos.
*Una clave al momento de cocinar verduras, es no sobrecocerlas, creo que muchos de los rechazos a esos nobles y deliciosos productos, se debe a que a veces se ofrecen desbaratados o muy pastosos, lo cual ni visualmente ni al paladar son muy agradables. Lo ideal es que queden un poco duros, especialmente si se piensan recalentar en el micro. Es cuestión de gustos y un punto que con el tiempo se va encontrando.
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