¿Cuántos productos se pueden elaborar partiendo de un mismo elemento?, con la masa pareciera que son infinitos. El proceso original para preparar esta 'base', no se reduce a la molienda del maíz o a la mezcla de la harina, sino a su previa cocción con cal, proceso conocido como nixtamalización (que da también nombre al grano obtenido después de esto 'nixtamal'), lo que permite que se desprenda con facilidad la capa externa del grano.
No se tiene certeza del momento en que se comenzó a realizar; lo que sí se sabe que este proceso es en gran medida el responsable de la flexibilidad de esta masa, además de adicionar calcio, fósforo y niacina a los productos que se elaboran con ella.
Ya casi forma parte del pasado el uso del metate para la molienda, pues a este le siguió el uso de molinos y en un México moderno, se utiliza la harina de maíz nixtamalizado o se compra la masa en la tortillería cuando se desea trabajarla. Sin embargo, en el interior de la República, especialmente en comunidades rurales, se preserva la tradición y calidad de ésta y en consecuencia de sus derivados.
¿Por qué tanto alarde con la masa? Para los mexicanos podría ser fácil de responder, pero para quienes no son originarios de esta tierra, o no han tenido la oportunidad de explorarla, quizá sea difícil de entender que de este ingrediente se puedan obtener lo mismo antojitos o 'comida de banqueta', bebidas y platos que tienen un carácter ritual y de tradición prehispánica, como son los tamales. Por si fuera poco, la mayoría de estos platillos tienen su variación de acuerdo a la región o estado de la República Mexicana al que nos refiramos, la cual va desde el nombre, hasta los ingredientes que incluyen.
Es así como tenemos los sopes, pellizcadas, picadas, huaraches, que sostienen infinidad de elementos, desde los más sencillos, como salsa y frijoles, hasta bisteces o costillas de res; por su parte las gordas, tlacoyos y molotes, nos sorprenden con un relleno que cautiva a los sentidos y que permite comerlos solos o con diferentes ingredientes encima. Otro tema son los tamales y atoles, presentes en los periodos más antigüos, adaptándose al correr de los años y presentando una cantidad significativa de diversidad según su origen.
Sin exagerar, podemos nombrar a la masa la esencia del mexicano y la que sostiene en gran parte una gastronomía que crece su valor por su conservar un importante apego con sus raíces.
No se tiene certeza del momento en que se comenzó a realizar; lo que sí se sabe que este proceso es en gran medida el responsable de la flexibilidad de esta masa, además de adicionar calcio, fósforo y niacina a los productos que se elaboran con ella.
Ya casi forma parte del pasado el uso del metate para la molienda, pues a este le siguió el uso de molinos y en un México moderno, se utiliza la harina de maíz nixtamalizado o se compra la masa en la tortillería cuando se desea trabajarla. Sin embargo, en el interior de la República, especialmente en comunidades rurales, se preserva la tradición y calidad de ésta y en consecuencia de sus derivados.
¿Por qué tanto alarde con la masa? Para los mexicanos podría ser fácil de responder, pero para quienes no son originarios de esta tierra, o no han tenido la oportunidad de explorarla, quizá sea difícil de entender que de este ingrediente se puedan obtener lo mismo antojitos o 'comida de banqueta', bebidas y platos que tienen un carácter ritual y de tradición prehispánica, como son los tamales. Por si fuera poco, la mayoría de estos platillos tienen su variación de acuerdo a la región o estado de la República Mexicana al que nos refiramos, la cual va desde el nombre, hasta los ingredientes que incluyen.
Es así como tenemos los sopes, pellizcadas, picadas, huaraches, que sostienen infinidad de elementos, desde los más sencillos, como salsa y frijoles, hasta bisteces o costillas de res; por su parte las gordas, tlacoyos y molotes, nos sorprenden con un relleno que cautiva a los sentidos y que permite comerlos solos o con diferentes ingredientes encima. Otro tema son los tamales y atoles, presentes en los periodos más antigüos, adaptándose al correr de los años y presentando una cantidad significativa de diversidad según su origen.
Sin exagerar, podemos nombrar a la masa la esencia del mexicano y la que sostiene en gran parte una gastronomía que crece su valor por su conservar un importante apego con sus raíces.
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