agosto 13, 2013

Retomando las pasiones...



Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí;  en consecuencia, han acontecido un sinnúmero de historias en ese lapso. Tantas han sido las vueltas de la vida, que de pronto me sentí lejana a mis sueños, a esa ideal y a esas ganas de luchar por aquella inquietud que un día se me metió en la cabeza y que pretendía convertirse en mi plan de vida.
Sin embargo, continúo con la clara convicción de no permitir que la realidad me atrape, de no permitir que mi sueño sea sólo uno más que quedó sepultado entre los escombros de la cotidianeidad, y un horario de oficina que termina por menguar las ganas de hacer algo más cuando los ojos  se te cierran en el camino de regreso a casa.
De pronto resurgieron desde mi interior, esas ganas inmensas de escribir, de volver a publicar aquellas aventuras en la cocina, a las que, a pesar de lo apretado de los tiempos, no he sido capaz de ceder.
Hoy que soy oficialmente  lo que algunos llaman “una persona productiva” que va a la oficina por la mañana y sale de ella con los últimos rayos del sol, confieso que extraño mucho dedicarme a la locura e incertidumbre que representaba escribir independientemente y tratar de hacerme un “nombre” en el terreno de la venta de dulces y postres.
Sin embargo, quizás sea más fácil escribir apasionadamente, sin esquemas ni temores, ahora que tengo el cobijo económico que antes me faltaba, y dicho sea de paso, con un trabajo que me complementa y permite  mi crecimiento profesional. Hoy la única limitante es el tiempo, pero aunque sea de a cuenta gotas, espero tomar ritmo y comenzar a escribir sobre tanto, y a la vez tan poco, por lo inmenso que es el universo de esta maravillosa pasión llamada comida: ingredientes, preparación, experimentos, degustación.
Y por qué no, de vez en cuando dejar salir algunas líneas que muestren todo lo que vive en esta alma que tiene ansias de expresarse. Una vez más retomaré este blog  que pretende difundir y compartir, aunque en ocasiones se acerque más a un diario personal que se insinúa en el librero para que alguien lo descubra y se entere de aquello que tantas ganas tienes de gritar.

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